El transporte pesado, en desacuerdo con los objetivos de emisiones de la UE

El pasado 21 de noviembre, el pleno del Parlamento Europeo votó los objetivos de emisiones de CO₂ para los vehículos pesados, refrendando la posición del Consejo Europeo. Estos objetivos establecen que las emisiones medias de CO₂ de los vehículos pesados nuevos vendidos en la UE deben reducirse un 45% para 2030, un 65% para 2035 y un 90% para 2040.

El transporte pesado, en desacuerdo con los objetivos de emisiones de la UE

El sector del transporte, en general, ha mostrado su desacuerdo con esta resolución, esgrimiendo diversos argumentos según su posición en el conflicto.

Los fabricantes de vehículos

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) considera que, para alcanzar estos objetivos, Europa necesitará una transformación completa del sistema que involucre a todos los actores públicos y privados en todo el ecosistema del transporte pesado.

"Para los fabricantes de camiones y autobuses, la pregunta no es si podemos descarbonizarnos, sino con qué rapidez. Estamos haciendo nuestra parte proporcionando los vehículos y la tecnología para que el transporte por carretera en Europa esté libre de fósiles de aquí a 2040. Sin embargo, no abordar las condiciones propicias no sólo ralentizará la transición verde de nuestro sector, sino que también amenazará nuestra competitividad global", afirmó Sigrid de Vries, Director General de ACEA.

Los fabricantes están invirtiendo miles de millones en tecnologías de cero emisiones para vehículos eléctricos de batería y de hidrógeno. La tecnología está disponible y la producción en serie está aumentando rápidamente. Sin embargo, la casi ausencia de infraestructura de carga y recarga y la falta de esquemas efectivos de fijación de precios del carbono y medidas de apoyo para reemplazar los modelos convencionales con alternativas de cero emisiones son obstáculos importantes para la transición.

"Los fabricantes están haciendo todo lo posible para descarbonizar, pero dependen de condiciones propicias que están en gran medida fuera de su control. Los responsables políticos deben reconocer esto en la regulación del CO2 y asegurar un marco político de incentivos que acelere la transición verde del transporte por carretera", añadió De Vries.

El sector del transporte

Por su parte, la Federación Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha mostrado una disconformidad aún mayor, calificando la regulación del parlamento de "demasiado ambicioso y poco realista".

"A pesar de las muchas voces de la industria y de numerosos miembros del Parlamento Europeo que piden un camino sensato hacia la descarbonización, el Parlamento está ahora oficialmente preparado para iniciar negociaciones tripartitas con objetivos idealistas, desconectados de las posibilidades de suministro de energía y de negocios", afirmó Raluca Marian, directora de Defensa de la UE de IRU.

La IRU también coincide con ACEA en que el problema principal reside en el despliegue de la red de infraestructura de recarga.

"A corto y medio plazo, no hay señales de que la infraestructura para alcanzar objetivos tan elevados de emisiones cero para vehículos pesados esté lista para su despliegue a gran escala en zonas urbanas y en las principales redes de carreteras de la UE. Además de la falta de estaciones de carga, no existe ningún plan a nivel de la UE, ni ningún plan regional conocido, para las necesarias actualizaciones de la red eléctrica", señaló Marian.

Además, la IRU considera inaceptable los objetivos de compra obligatorios para los operadores de transporte adoptados por el pleno del parlamento.

"Lo que es completamente inaceptable son los objetivos de compra obligatorios. Los operadores de transporte comercial por carretera no realizan actividades basadas en contratos públicos. Debe haber un límite al intervencionismo económico que viola de manera desproporcionada e innecesaria los derechos europeos consagrados a la propiedad y a la libertad de hacer negocios. No podemos aceptar exigencias irrazonables a los operadores privados que trabajan con capital privado y son los únicos responsables de gestionar su propio riesgo operativo y financiero", afirmó Marian.

Conclusiones

Los objetivos de emisiones de CO₂ para el transporte pesado aprobados por la UE son ambiciosos, pero también plantean importantes retos para el sector.

Los fabricantes de vehículos están invirtiendo en tecnologías de cero emisiones, pero la falta de infraestructura de carga y recarga y los altos costes de estos vehículos siguen siendo obstáculos importantes.

El sector del transporte considera que los objetivos son demasiado ambiciosos y que no se tienen en cuenta las condiciones actuales del mercado. La falta de infraestructura de carga y recarga, la alta dependencia del transporte por carretera para el comercio y la logística, y los altos costes de los vehículos de cero emisiones son algunos de los factores que se deben tener en cuenta para alcanzar estos objetivos.

Las negociaciones tripartitas entre el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea serán clave para encontrar un acuerdo que satisfaga a todas las partes.



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