El packaging, más conocido como el embalaje o empaquetado de los productos, es un elemento de gran importancia para la cadena de valor logística. Lejos de lo que muchos podrían pensar, el packaging no es solo una parte estética o que requiere de menos atención que los demás procesos logísticos a los que se someten los productos, sino que debemos prestar especial atención a este aspecto de la cadena de suministro de nuestra empresa.
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Para tener una definición clara, podríamos decir que el packaging es ese proceso mediante el cual se diseña un embalaje para un determinado producto, con el objetivo de protegerlo de agentes externos, para proceder a almacenarlo, distribuirlo y venderlo. No obstante, estas no son las únicas funciones del embalaje, ni siquiera las más importantes. Además de proteger el producto, uno de sus objetivos más importantes es el de ser capaz de llamar la atención de nuestros clientes y crear una imagen atractiva y positiva para ellos.
Esto parece un aspecto segundario para infinidad de empresas, puesto que se centran en procesos logísticos a los que se les da más valor, mientras que descuidan el diseño y la elaboración de sus packagings, que es lo primero que el cliente ve en el momento en que se encuentra con nuestro producto, momento en el que la percepción que se tenga del mismo puede ser un factor determinante a la hora de realizar una compra o, incluso, de fidelizar a un cliente. Por tanto, si el embalaje o packaging de nuestro producto no entra por los ojos del cliente potencial, en el 99% de los casos, éste no lo comprará y, por tanto, habremos perdido un posible cliente por un aspecto que se consideraba tan “poco importante” como para no prestarle la debida atención.
En consecuencia, se entiende que el packaging es un aspecto crucial que no debemos olvidar frente a los demás procesos logísticos que desempeñemos en nuestra empresa si queremos que nuestro producto pueda completar todo su recorrido comercial de manera óptima.
En la actualidad, las empresas están tomando consciencia de lo importante que es el embalaje de sus productos, porque no solo influye en la decisión de compra de los clientes potenciales, sino que también influirá en aspectos relacionados tanto con el precio del producto como con el reconocimiento de la marca. Cada vez se le da una mayor importancia tanto a los valores ecológicos del packaging, es decir, que éste sea, por ejemplo, reutilizable, tanto como la funcionabilidad de los mismos.
Es decir, podemos hacer toda la publicidad que queramos de nuestro producto, e incluso dicho producto puede ser mejor que el de la competencia, pero si no cuidamos el aspecto y la funcionabilidad de nuestros embalajes de la que hablábamos, no podremos diferenciarnos de ella, puesto que a la hora de comprar lo que el cliente está viendo en realidad es el packaging del producto, e influenciado en gran parte por ello, decidirá si comprarlo o no.
Realizar el diseño del envase y embalaje de los productos no es tarea fácil. El packaging debe ser capaz de proteger el producto en todo momento y de atraer a los consumidores finales. Para ello, debemos atender a ciertas características para llevarlo a cabo:
Las etiquetas de los embalajes son las que nos van a transmitir la información sobre el producto final que vamos a adquirir. En este sentido, las etiquetas deben contar con los siguientes datos:
En resumen, un buen packaging debe ser visualmente atractivo, identificar claramente la marca, ser funcional, proporcionar información clara y precisa, ser sostenible y adaptarse a las necesidades del consumidor.
Como ya hemos podido observar, el packaging es el factor estrella de diversas acciones relacionadas con el marketing de nuestra empresa, como puede ser el mailing o el comercio electrónico en su totalidad. Aun así, siempre debe ir acompañado de la trazabilidad de las mercancías, que como ya hemos comentado en otros posts, es el conjunto de procedimientos que permiten conocer toda la información sobre un determinado producto o lote de productos. Si conseguimos tener bajo control estos dos aspectos, podremos conseguir un mejor servicio al cliente puesto que conseguirá adaptarse mejor a las necesidades o deseos que estos tienen en todo momento.
En primer lugar, no solo para el proceso de embalaje, sino para todos los procesos de la cadena de suministro será el de establecer la estrategia de marketing y a quién irá dirigida dicha estrategia. Una vez hecho, pasaremos a elaborar el diseño del packaging basándonos en las necesidades de los clientes potenciales a los que irá dirigido así como en la situación en la que nos encontremos, que también puede influir en la percepción de los consumidores. Por ejemplo, si existe una gran preocupación con la contaminación y el medio ambiente, será un punto a favor hacer un packaging que sea sostenible en cuanto a los materiales con los que se fabrica, su reciclado o reutilización, etc.
De hecho, este es uno de los temas en los que más se han involucrado las empresas hoy en día: la sostenibilidad. Debido a la preocupación existente en cuanto al medio ambiente, las empresas están dedicando sus esfuerzos en realizar embalajes para sus productos que minimicen el impacto medioambiental que suponen los embalajes al tiempo que sigan manteniendo su seguridad, resistencia y, por supuesto, la imagen que se quiere dar del producto y, por consiguiente, de la marca.
Como breve resumen, el packaging es un aspecto que evoluciona cada vez más y al que cada vez se le está dando más importancia por la repercusión que tiene en los consumidores. Cada vez se apuesta más por la tecnología y la innovación en todos los procesos logísticos de manera internacional y es un factor que, según lo demostrado, continuará evolucionado durante un largo periodo de tiempo.
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